CMO: La estrategia del caballo

08.05.2019 - by admin

Uno siempre anda experimentando con metáforas que le sirvan como plataforma para explorar ampliando significados y posibilidades. Es un ejercicio sano para crear y para cuestionarse las propias creencias y yo las suelo intercalar en conversaciones cuando el interlocutor es terreno fértil para ver hasta dónde llegamos.

Ese suele ser el caso con Javier G. Recuenco, Chief Strategy Officer de Singular Solvingy nuestra discusión no hace mucho se centró en identificar qué pieza de ajedrez seria la figura de CMO en el tablero de la empresa.

La intuición nos llevó a centrarnos rápidamente en el caballo por varios motivos.

Para empezar donde duele, el caballo es un pieza subestimada. Los jugadores menos experimentados no saben muy bien qué hacer con él y lo sacrifican con relativa facilidad después de moverlo por el tablero sin un propósito claro, confiando más bien en el largo alcance y efecto barrido de torres y alfiles, que podrían, en nuestra metáfora empresarial, ser funciones más “científicas” como las Finanzas o la Ingeniería. Ojo que son partes fundamentales y radicalmente necesarias, en los sentidos de fundamento y raíz, pero no las únicas.

Sin duda todos quieren ser la reina en este juego, por su brillantez y versatilidad, aunque un principiante termina quemándola por falta de estrategia, que es la forma de movilizar tus recursos disponibles elegida para alcanzar un objetivo establecido y que, como en la realidad, triunfa cuando se adapta y aprovecha los cambios que se producen durante la partida.

Con un buen juego de caballos es más fácil ganar la partida. De hecho –cito literalmente porque aquí me aplasta Javier con su dominio de la materia- “a altísimo nivel y en finales de partida, alrededor del 50% se ganan con la intervención del caballo”.

En este momento me siento un triste muevefichas.

En segundo lugar, lo que le otorga al caballo su mayor valor es que sus movimientos son más impredecibles y sobre todo que puede sobrepasar con mayor facilidad el bloqueo del resto de piezas. Esa es también una de las destrezas estratégicas requeridas para la misión de CMO.

No decimos que deba actuar erráticamente, pero sí que en un entorno complejo, cuando la competencia despliega estrategias que asfixian la suya en sus mercados convencionales, debe ser capaz de lanzar wild cards.

Un CMO estratégico genera y emplea sus grados de libertad para cuestionar el status quo. Desde un profundo entendimiento del consumidor es capaz de realizar movimientos inesperados en territorios no evidentes pero que tienen consistencia en una estrategia de largo recorrido. Incluso abandona la defensa numantina de posiciones maduras para abrir nuevos espacios, que damos en llamar océanos azules.

La estrategia es un juego de equipo y una parte de la responsabilidad del CEO es sacar el máximo partido a sus caballos combinando sus virtudes con las del resto de la organización, orquestando sus talentos en una misma dirección.

Para los más experimentadores, tenemos una propuesta.

Si quieren comprobar metafóricamente la forma en que las cosas cambian cuando maximizamos la “aproximación del caballo”, les invito a practicar la modalidad de ajedrez a 10 caballos donde todos los peones son reemplazados por caballos. Al principio es incómodo porque rompe con lo establecido y nos sentimos torpes tomando decisiones. En este simulador podrán comprobar con qué rapidez la máquina obtiene un predominio porque está entrenada para leer la partida de otra forma.

Blancas juegan. C2 – D4

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